Cada 24 segundos se produce un accidente doméstico en España. Las caídas, con  un  44,20%,  suelen  ser  los  incidentes  más  frecuentes,  pero  también  los golpes,  las  intoxicaciones,  las  quemaduras  y  las  electrocuciones,   según  el informe Accidentes en el hogar de la asociación de consumidores Facua Andalucía.  Los  niños  y  las  personas  de  más  edad  son  los  miembros  de  los hogares más sensibles a tener alguno de estos percances.

La  cocina  es  la estancia  del  hogar  donde  pueden  producirse  este  tipo  de incidentes,  por lo que prevenirlos  es una de las prioridades  de la cadena de origen  belga especializada  en la comercialización  de muebles  de cocina  a medida  èggo Kitchen House. La seguridad es una de las máximas a la hora de planificar la cocina de cada cliente, una experiencia que ahora recoge en un decálogo  con  las  cuestiones  a  tener  en  cuenta  a  la  hora  de  adquirir  una cocina y las recomendaciones para usarla sin correr riesgos.

Apuesta por la ergonomía

1.– La altura de los muebles es fundamental  para que, durante el trabajo y la elaboración   de   los   alimentos,   la  espalda   permanezca   en   una   posición cómoda y adecuada, evitando sobrecargas musculares.

La altura del codo es el referente  ideal para fijar la medida perfecta  de los muebles para cada persona. La cocina es un espacio de trabajo y la funcionalidad   en   su   uso   es   fundamental   para   evitar   fatigas   musculares derivadas de posiciones incómodas.

2.– Elementos como las patas ajustables o el grosor de las encimeras ayudan a conformar una cocina ergonómica, permitiendo ajustar la altura al centímetro.

Es  aconsejable  que  ambas  piezas  estén  realizadas  en  materiales  resistentes como el plástico ABS de alta resistencia para las patas, asegurando que estas soporten  perfectamente  la acción del agua. En el caso de las encimeras  es preferible  optar  por  materiales  como  los  estratificados   de  alta  densidad, cuarzos o porcelánicos, que permiten realizar sobre ellas tareas como la preparación de los menús diarios en condiciones de máxima seguridad alimentaria.

La altura sí importa

3.–  Colocación  en  altura  de  algunos  electrodomésticos   para  proporcionar mayor comodidad en los gestos del día a día.

Cada  vez  es  más  habitual  planificar  la ubicación  del  lavavajillas  a 60 o 70 centímetros del suelo para facilitar su carga y descarga, e incluso su limpieza. Del   mismo   modo,   el   horno   es   otro   de   los   electrodomésticos    que   es recomendable colocar en altura no solo para ver el interior mientras se cocina, sino   también   para   que   resulte   más   fácil   sacar   las   bandejas   evitando accidentes    en   la   manipulación    de   estas.   En   este   caso,   también   es recomendable  como  medida  de seguridad  para  los más pequeños,  puesto que impide que puedan abrirlo mientras se cocina en él.

4.– Instalar  mobiliario  de  tamaño  XL  en  las cocinas  que  disponen  de pocos metros cuadrados.

Además  de proporcionar  más espacio  de almacenaje,  si los armarios  están ubicados en altura permiten colocar en ellos productos de limpieza que nunca deben estar al alcance de los niños ni mezclados con productos de consumo alimentario.   Atención   al  uso  de  sillas  u  otros  objetos   inadecuados   para acceder a los espacios en alto porque suele ser una de las principales causas de caídas. Hay que utilizar escaleras de tijera o peldaños de cocina, comprobando que tienen homologada su seguridad.

Disminuir los riesgos

5.–  Incorporar  el  sistema  de  autocierre  y  amortiguación   en  los  cajones  y puertas.

Esta  tecnología  asegura  el cierre  silencioso  y seguro  gracias  a la velocidad reducida  en la fase de cierre hasta la posición final. Al mismo tiempo, en los hogares con niños esta tecnología  evita los golpes y que puedan  pillarse los dedos, una precaución de gran utilidad para los usuarios de cualquier edad.

 

6.– Distribución de los muebles por áreas de trabajo o tareas.

Es  muy  importante  para  reducir  desplazamientos  y  evitar  que  los  alimentos entren en contacto con otros elementos que puedan contaminarlos. Es aconsejable  contar  con  zonas  separadas  para  el almacenaje  y la conservación, para la manipulación o elaboración y, por último, una zona de cocinado.

7.– Optar por un tipo de suelo antideslizante.

Es  la  solución   ideal  para  evitar  las  temidas  caídas,  ya  que  uno  de  los accidentes  más comunes  es resbalar  al pisar suelos mojados  o húmedos.  Se deben elegir materiales antideslizantes y de secado rápido. En cualquier caso, hay que mantener esta superficie siempre limpia y seca puesto que es un elemento expuesto a las salpicaduras, manchas de aceite y restos de comida que   si   se   pisan   pueden   derivar   en   un   accidente.   Por   este   motivo   es recomendable  que la zona de lavado o de agua esté lo más alejada posible de las áreas de gran paso.

Adquirir pequeños hábitos pero muy útiles

8.– Evitar la peligrosa combinación de electricidad y agua.

Con  independencia  de  ubicar  los  enchufes  en  zonas  alejadas  del  espacio donde  se  tenga  que  utilizar  el  agua,  es  imprescindible  observar  conductas como  no  utilizar  aparatos  eléctricos  estando  descalzos  ni  con  las  manos mojadas,  no  sobrecargar  los  enchufes  utilizándolos  para  conectar  a  la  red varios  aparatos  a  la  vez,  desconectar  la  instalación  cuando  se  tenga  que realizar algún arreglo y usar protectores para los niños en los enchufes.

9.– Huir de situaciones en las que se puedan producir quemaduras.

Nunca  se debe  cocinar  con  un niño  pequeño  cerca  o en brazos,  hay que evitar la ropa con mangas anchas que puedan engancharse  en cazuelas o entrar en combustión con el fuego en un descuido, utilizar guantes para coger objetos  calientes  o  colocar  las  sartenes  de  forma  que  el  mango  nunca sobresalga del mueble de cocina.

10.– Utilizar con sentido común los objetos punzantes para eludir los cortes.

Los objetos con punta (cuchillos, sacacorchos…)  nunca deben estar a mano, los cuchillos hay que guardarlos en los cajones de forma que la punta quede hacia dentro y deben estar afilados por ser menos peligrosos que los que no están en condiciones  óptimas  de uso. Además,  nunca  deben  utilizarse  para fines distintos a los que tienen, como por ejemplo, abrir una lata.

El  hogar  en  el  que  se  cumplen  estos  diez  mandamientos  es  probable  que nunca forme parte de la estadística que asegura que siete de cada diez accidentes domésticos se producen en la cocina.

 

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