Una nueva colección de vinos de alta calidad

  • Para iniciar su comercialización, se han embotellado un total de 21.000 botellas de “Los Arraéz” y ya han salido los primeros pedidos hacia el mercado extranjero, donde la bodega continúa su política de expansión.

Valencia. – Toni Arráez, enólogo y director de Bodegas Arráez presentó ayer su proyecto más personal: Los Arráez. Se trata de una nueva categoría enológica de gama superior a todo lo anterior producido en la bodega, formada por tres vinos de elaboración propia con variedades, en gran parte, autóctonas de la D.O Valencia. En el acto, celebrado en el Celler de PROAVA (Asociación para la Promoción de los Productos Agroalimentarios de calidad de la Comunitat Valenciana), participó también Rosa Vázquez, del Equipo Técnico de PROAVA. Después, se realizó una cata, amenizada por el flautista Óscar de Manuel.

Bodegas Arraéz ha incluido a su saga de vinos canallas una colección de vinos de alta calidad: “Los Arráez”, compuesta por 3 vinos distintos para un público más exigente: Lagares, Verdil y Parcela 0, elaborados todos ellos, en gran parte, con uvas autóctonas. El director de la bodega Toni Arraéz ha señalado que esta nueva línea de vinos es el resultado de “un proyecto más personal y un pelín ambicioso: incorporar a la bodega la elaboración de vinos con uvas olvidadas o de parcelas muy bien seleccionadas por sus peculiaridades”. En este sentido, ha explicado que después de mucho trabajo y esfuerzo para reflotar la empresa y reinvirtiendo los beneficios durante años, “hoy podemos decir que hemos dado el salto y ofrecemos las tres gamas de precios en el mercado: económicos, medio y gama superior”.

“Cuando llegué a la empresa familiar –en el año 2010-, sentí la necesidad de darle un cambio y empezar a trabajar con la expresión de las variedades autóctonas y los viñedos más viejos. En definitiva, a utilizar las mismas herramientas con las que empezó mi abuelo y luego mi padre”, ha explicado “poniendo en valor la esencia con la que se ha trabajado toda la vida en Terres dels Alforins”. Y es que “Los Arráez es volver a nuestros orígenes y nuestros inicios a nivel enológico”. “Con este proyecto –ha subrayado- cerramos un poco el círculo”, que terminará completamente cuando concluyan las obras de la nueva bodega y vea cumplido su deseo de trabajar en medio del viñedo, previsiblemente, para 2020.

Por el momento, se han embotellado un total de 21.000 botellas de “Los Arraéz”: 7.000 botellas de verdil, 7.000 de Parcela 0 y otras 14.000 de Lagares, que se empezarán a comercializar a través de los distribuidores habituales en una venta enfocada a tiendas especializadas y alta restauración. La colección, que ya ha sido presentada en ferias internacionales, ha tenido muy buena acogida y ya han salido los primeros pedidos al mercado extranjero, por lo que habrá cupos de pedidos limitados.

Los Arráez: Parcela 0, Lagares y Verdil

El etiquetado de los nuevos vinos combina la seriedad y el buen gusto de lo clásico con elementos disruptivos y rompedores y una temática atrevida, muy representativos de los vinos de Bodegas Arráez. Su textura es rugosa y monocromática, aunque con un pequeño guiño de color en alguna de ellas.

El Parcela 0 está compuesto por dos uvas autóctonas: 40% monastrell, 40% tintorera, y la unión de un 20% cabernet. En barrica de roble francés, americano y húngaro durante 18 meses. En su etiqueta encontramos a un cocodrilo sujetando una copa de vino en sus fauces, que representa la tradición y personalidad de los procesos de toda la vida, con la sofisticación y delicadeza de los vinos de hoy.

Por su parte, el Lagares, referencia cualitativa de la empresa desde los inicios, es un vino más carnoso y afrutado, con notas a roble. Tiene un 60% de uva monastrell y un 40% cabernet. Es un vino más complejo, expresivo en boca y con un final largo y agradable. En barrica de roble francés, americano y húngaro 12 meses. Su llamativa etiqueta con un vendimiador a lomos de un triceratops es todo un tributo a los ancestros y las raíces de la bodega. En ella, se ha querido plasmar el saber hacer y la filosofía del abuelo de Toni, fundador de la bodega. El maridaje de ambos tintos combina con todo tipo de carne, barbacoa, quesos y arroces.

En cuanto al blanco Verdil, la variedad de uva más autóctona de toda la línea, es un vino joven 100% verdil, producido a base de uva del interior de Valencia, recuperada por los bodegueros locales, afinado sobre lias durante 3 meses. Una apuesta por hacer un vino transgresor con fuerte personalidad, de carácter fresco y complejo, que transmite la esencia de esta zona del mediterráneo. Ideal para acompañar con arroces, pescado, marisco y pasta. En su etiqueta se ha dibujado el samaruc, un pez originario de la Comunidad Valenciana y especie en peligro de extinción, que está volando con un aviador encima y que representa, precisamente, a esos primeros bodegueros. Toda una apuesta por hacer un vino transgresor con un guiño a nuestra tierra y a lo que aprendimos de nuestros antepasados.

Bodegas Arráez

En los últimos años Bodegas Arráez ha visto incrementada su facturación y su producción de una manera exponencial. En el año 2010, el nivel de facturación de vinos de gama media representaba un 0%, en 2013 ascendió a un 15% y, actualmente, la cifra se sitúa en un 60%. Además, cada año la bodega amplia notablemente la superficie de uvas que controla.

Respecto a la exportación, en el año 2010 el 32% de la producción iba destinada al mercado extranjero. En la actualidad, ese porcentaje se ha duplicado hasta alcanzar el 65% del total, manteniéndose estable durante los 3 últimos años. Además, desde el año 2011 se ha registrado una evolución media anual en ventas de un 25-30%. Y sólo en 2017 se han superado los 3 millones de botellas vendidas. La bodega afronta un 2018 muy positivo. “Nuestro objetivo a medio plazo es consolidar los mercados extranjeros donde nos hemos posicionado y seguir esforzándonos por crear vinos que lleguen al público y, poco a poco, seguir aumentando el volumen de producción”.

El equipo Bodegas Arráez, cuenta con una joven plantilla de 27 personas con una media de edad que ronda los 30 años. Todos ellos tienen un nexo común: la pasión por el vino y el trabajo en equipo. Y combinan el arte de hacer vino con una comunicación disruptiva, así como la participación en otras ramas artísticas que aporten un valor añadido a su trabajo.

 Celler de PROAVA

El acto se ha realizado en la bodega más antigua encontrada en la Comunidad Valenciana, que data del siglo XIII: el Celler de PROAVA, cuya gestión y acondicionamiento le fue cedida por el Ayuntamiento de Valencia y el IVVSA (Instituto Valenciano de la Vivienda). Descubierto en los años 90, en este celler agrícola valencià, que pertenecía a una casa señorial, se elaboraba y almacenaba vino, además de otros productos como aceites o cereales.

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