Esta actividad comercial, prohibida hace 28 años por razones sanitarias, se recupera estableciendo requisitos en transporte, manipulación y envasado
El decreto, según ha explicado el Govern, estipula tres modalidades de venta: en la explotación, en una máquina automática o en un establecimiento minorista. La Generalitat considera que el sector lácteo ha alcanzado un nivel de tecnificación y profesionalización que permite volver a confiar con que se respetarán los requisitos mínimos. Estos son los que ya establece la normativa europea en materia de higiene alimentaria, a los que la Generalitat ha añadido requisitos adicionales relativos a criterios tecnicosanitarios, prevención de infecciones mamarias, limpieza de los equipos y formación del personal.
«El contexto de buena salud de la ramaderia catalana ha permitido la publicación de este decreto», asegura la Generalitat en un comunicado. El Govern ha recordado que en otros países, como Francia o Italia, la venta de leche en máquinas automáticas incluye, además de la pasteurizada, la leche cruda. El decreto establece también como objetivo la educación al consumidor en el tratamiento de la leche, e impulsar la economía circular en la agricultura, así como en los productos de proximidad.
Entre los requisitos que detallaba el proyecto de decreto mientras se redactaba estaba el de que la leche cruda tendrá que venderse fría y, para ser consumida, se tendrá que hervir antes de tres días. Actualmente, la leche cruda sólo se puede vender a productores para la posterior esterilización, que consiste a someter la leche a altas temperaturas para que se conserve durante nueve meses. El consumidor también puede comprar leche pasteurizada (leche fresca) en máquinas expendedoras. Por este motivo, la Generalitat considera que tiene que permitir la venta de leche cruda directamente de los ganaderos, para fomentar la actividad de los ganaderos, especialmente de las granjas más pequeñas.